Apenas cae la tarde de lunes y uno ya está pensando en lo que falta para que vuelva a ser fin de semana. Lo que puede ensombrecer un poco el ánimo. ¿El remedio infalible para que eso no suceda? Bailemos, aunque solo sea moviendo los pies debajo del escritorio. “Pongámonos nuestros zapatos rojos y bailemos”, como canta David Bowie…
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