Cuando por fin has dado con una actividad física que disfrutas y casi sin darte cuenta la practicas de forma regular, muchas cosas empiezan a cambiar…
1. Te sientes superágil y ligero. Como que lo puedes to-do.
2. Subir unas escaleras sin sentir que te ahogas parece un juego de niños.
3. Rebosas energía y entusiasmo.
4. Tu ropa de siempre deja de quedarte.
5. Tu selección de alimentos es más bienestarosa y moderas tus porciones casi en automático. Encima, tu relación con la comida cambió por completo: en vez de mortificarte, ¡la disfrutas!
6. Te das tus indulgencias sin mayor culpa o remordimiento.
7. Tooodo el mundo te pregunta qué y cómo le estás haciendo porque te ves rebién. Tu respuesta: “Estoy en endorfinas, ¡muchas gracias!”.
8. ¿Insomnio? ¿Qué es eso? Prácticamente caes dormido antes de llegar a la almohada y duermes de un tirón.
9. Los shots de endorfinas y tu creciente confianza en ti mismo se reflejan en memorables sesiones de sexo.
10. Piensas con mucho más claridad. Es como si de pronto toda tu inteligencia hubiera salido a flote.
11. Te encanta ver y presumir tu tono muscular a la menor provocación. Porque pues, ¿por qué carambas no?
12. ¿Despertarse temprano? Pfff, ¡cosa más fácil!. Y, ¡oh, sorpresa’, hay días que ni el despertador necesitas porque abres los ojos antes de que suene. In-cre-í-ble.
13. Tu alegría es tanta y te ves tan bien que despiertas una que otra envidia.
14. Moverte se ha convertido en algo que realmente disfrutas, no en un deber u obligación.
Lo antes posteado:
Una App para moverte por una buena causa
10 claves para empezar a moverte
¡Me encantó la selección de gifs! 😀
^_^ (estoy obsesionada con los gifs)
Increíble, real como la vida misma!! Especialmente el punto 12…voy a tener que aprenderme ese baile mañanero!
Jajaja, ¿verdad? ^_^